CRISTINA CONOCE A DIOS

 


Había una vez una niña llamada Cristina y un día pensó: “Quisiera conocer a Dios. ¿Dónde lo puedo encontrar?”.

Dios escuchó su pregunta y a la mañana siguiente le regaló un bello amanecer. Pero Cristina no le dio importancia. 


En el colegio, le preguntó a la profesora de religión y ella le respondió:

– Dedica todos los días unos minutos a estar en silencio y sentirás a Dios.

Cristina lo intentó, pero no lo consiguió, pues le gustaba mucho hablar.

Dios deseaba que Cristina lo encontrara así que siguió enviándole señales de su presencia. Una tarde, unos pajaritos se posaron en su ventana y comenzaron a piar una bella melodía, pero Cristina estaba tan distraída jugando que no los oyó.



Salió a pasear al parque y entró en una iglesia. Pero allí sólo vio imágenes inmóviles que no hablaban, y se marchó de allí.

Cuando llegó a su casa, su madre se acercó y le dio un beso. Cristina no se dio cuenta; estaba muy ensimismada pensando en cómo podía encontrar a Dios.

Esa misma noche se acostó muy triste porque le parecía que era imposible encontrarse con Dios. Pero mientras dormía, Dios le dijo en sueños:

– Cristina, hoy te he enviado muchas señales: el bello amanecer, los pajaritos, la iglesia y el beso de tu mamá. Todos son regalos para que te puedas encontrar conmigo.


Al día siguiente, Cristina sintió un cambio muy importante en su interior. Al fin lo había encontrado. Sintió que Dios estaba en su corazón, en las personas cercanas y en la naturaleza.

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